
Restructuraciones financieras y Búsqueda de financiación.
Asesoramos y planificamos la captación, renovación y refinanciación de operaciones a través de entidades financieras y organismos públicos. Tenemos mucha experiencia en la negociación del pasivo financiero con sus entidades bancarias, proveedores, Seguridad Social, Hacienda, etc., acompañándolo hasta el cierre de la operación que mejor se adecúe a su capacidad de reembolso.
Nuestra participación activa en estos procesos libera tiempo del equipo directivo para que éste pueda centrarse en la gestión del negocio. Aportamos a la compañía la experiencia adquirida en múltiples procesos previos y un alto grado de acceso e interlocución con las entidades financieras: nos comprometemos con el éxito del proceso hasta la firma del mismo.
En todo caso, si la situación lo requiere, elaboramos con absoluta profesionalidad informes de proyectos de inversión y financiación, así como planes de viabilidad y de reestructuración financiera: siempre atendiendo a cada escenario particular del negocio.
Si la empresa, está ya en situación de insolvencia, podemos acompañarla y gestionarle una solución dentro de un ámbito, bien liquidatorio, o bien dentro de un proceso de concurso de acreedores.
Outsourcing Financiero. Control de gestión.
En los últimos tiempos, especialmente desde el comienzo de la crisis, nos hemos especializado en implantar soluciones de control financiero y de gestión a la empresa. Esencialmente, nuestro valor añadido, es el de optimizar y, en su caso, reequilibrar los flujos de tesorería de nuestros clientes, colaborando con ellos en la implantación y seguimiento de un control exhaustivo de los costes del negocio y de sus periodos de cobro y pago.
El control gestión es uno de los más importantes sistemas integrados de control de la actividad económico-financiera de la empresa. Constituye una fase fundamental dentro de la gestión presupuestaria y está orientado a:
- Comparar los datos reales con los objetivos fijados: La actividad de la empresa ocasiona unos resultados, que el sistema de control debe poner de manifiesto. Estos resultados habrán de compararse con los objetivos preestablecidos en el proceso de planificación, poniendo de manifiesto las desviaciones existentes entre resultados reales y previstos.
- Cuantificar e interpretar las posibles diferencias: Cualquier desviación debe ser siempre cuantificable, y las mismas podrán ser tanto positivas como negativas. Además de su cuantificación será necesario analizar las causas y responsables de las mismas.
- Adoptar las medidas correctoras oportunas: Es necesario decidir las acciones correctoras que consigan reducir las desviaciones y que mejor reconduzcan a la empresa nuevamente al logro de los objetivos establecidos.
- Seguimiento y control de las medidas correctoras implantadas: se produce, por tanto, una retroalimentación del sistema que puede alcanzar todos los niveles de la empresa.
Toda empresa tiene una historia jurídico – económica, y debe tener también un futuro… Nosotros la analizamos desde esa perspectiva, y le proponemos e implantamos soluciones de gestión y control que desde el presente más inmediato le permitan tomar con mayor firmeza las riendas de su negocio.
Para alcanzar estos objetivos, nos servimos tanto del conocimiento, la metodología y las herramientas propias de la consultoría, como de nuestra experiencia en la negociación con los acreedores comerciales y financieros. Ejecutamos una revisión y auditoría interna del circuito contable y su organización, con la finalidad de prestar apoyo al órgano de dirección y administración de la empresa en cuanto a la gestión de su negocio y la toma de decisiones.
El resultado final, es un cuadro de mandos financiero que, con los indicadores esenciales, sirva de testeo a la dirección de la empresa de cómo marcha su circuito de financiación con objeto de poder tomar decisiones rápida y eficazmente que puedan mejorar (o corregir) la situación que acontezca.
El informe de control presupuestario se realiza normalmente con una periodicidad semanal o mensual, aunque siempre dependerá de la línea de negocio de cada empresa, y está orientado a proporcionar una información suficientemente detallada, para controlar los ingresos, costes y resultados de las distintas actividades, clientes, mercados, productos, servicios y departamentos de la empresa.
Restructuraciones societarias.
En primer lugar, realizamos un análisis de la situación empresarial de nuestros clientes: estudio económico, financiero, fiscal y legal que nos permita planificar e implementar la estructura más idónea para el desarrollo del negocio.
Nuestro objetivo primordial, es testar la eficiencia, los riesgos y las responsabilidades de la forma jurídica sobre la que opera el negocio.
Consecutivamente, diseñamos, consensuamos e implantamos la estrategia de reestructuración más óptima en función de los objetivos pretendidos: rediseño del mapa societario (nuevas sociedades, fusiones, escisiones, etc.), optimización fiscal presente y futura, teniendo muy en cuenta los asuntos sucesorios, búsqueda de estrategias lícitas de cobertura y protección de activos del patrimonio empresarial.
Planificación estratégica
Las Pymes tienen mayor demanda de flujos de caja que las grandes empresas; suele ser habitual el error de que los resultados obtenidos por la venta de productos y servicios de las grandes empresas son comparables de forma lineal con las más pequeñas, y esto, aunque resulta obvio para algunos, no lo es tanto para otros. Una gran empresa dispone de herramientas más flexibles de financiación, e incluso a su medida, de las que una Pyme, con casi toda probabilidad, dispondrá en su primera década de vida, por lo que las grandes empresas terminan trabajando con el soporte de créditos (dinero de terceros) sin poner en riesgo su capital de trabajo y, por ende, su capacidad de inversión.
En cambio, el capital de las Pymes se encuentra limitado: la inversión realizada al inicio de sus actividades requiere ser recuperada con cierta rapidez a través de un margen generoso que permite cubrir los gastos de explotación, los de inversión y los financieros. Hablamos de periodos a un horizonte de entre 12 meses para la micro-empresa y cinco años, máximo, para las Pymes.
Planificar es decidir hoy lo que se hará en el futuro.
Estrategia es definir qué caminos seguir para alcanzar los objetivos.
Táctica es la realización de un conjunto de acciones a corto plazo para alcanzar el fin último concebido por la estrategia.
De la unión estos términos y su aplicación al mundo empresarial actual resulta la planificación estratégica, que se puede definir como el “Proceso de determinar una misión u objetivo a medio o largo plazo y trazar el camino a seguir para conseguirlo gestionando eficientemente los recursos y estableciendo los medios necesarios.
Planes estratégicos de empresarios individuales y pymes
La inmensa mayoría de autónomos y pymes no elaboran formalmente ningún tipo de plan estratégico. Sin embargo, en muchos casos está perfilado en la mente del empresario y/o profesional autónomo pero nunca llega a plasmarse en un papel. Y no es lo mismo, porque el papel exige un mayor esfuerzo de reflexión, especialmente cuando ese documento se va a compartir con otras personas.
No olvidemos que se habla mucho del plan de negocio o business plan en el momento de emprender un negocio y poco de los planes estratégicos una vez que ya estamos en funcionamiento. En esa situación, una vez el negocio está en funcionamiento, suele haber dos circunstancias que condicionan la reflexión estratégica:
- Tiene menos tiempo disponible, la gestión del día a día del negocio le ocupa casi totalmente.
- Tiene mucha más información sobre tendencias del mercado, los clientes y la competencia.
Las ventajas de un plan estratégico para un empresario individual o pyme son:
- Definir una misión o proyecto de futuro, que fije una meta y oriente a todo el personal del negocio sobre el camino a seguir.
- Gestionar el negocio de forma más eficiente y profesional, menos basada en improvisaciones, estableciendo objetivos, prioridades y asignando recursos, funciones y responsabilidades clave.
- Facilitar el seguimiento y revisión continua de las acciones realizadas desde un planteamiento de mejora continua.
- Permite involucrar y motivar a todos los grupos de interés en el negocio, particularmente a socios y trabajadores, a través de la participación en el proceso. También permite detectar oportunidades de colaboración con agentes del entorno.
- Conduce a niveles más altos de rentabilidad porque propicia un método sistemático de formulación de estrategias, toma de decisiones, puesta en marcha de actuaciones, seguimiento y revisión.
En definitiva, es como navegar en un barco del puerto “A” al puerto “B”, con la confianza de que tanto el capitán como la tripulación saben qué hacer en cada momento para alcanzar con éxito su destino.